La escuela francesa de Lyon
El Dr. Alejandro Lacassagne, profesor de medicina
legal en la Facultad de Lyon y director del Archivo de Antropología
Criminal, se considera como fundador de la escuela y cuenta entre sus
discípulos a Kocher, Burnet, Raux, Corre y Émile Laurent.
El Dr. Émile Laurent, médico legista,
e inspector de las prisiones parisinas, autor de Prisiones parisinas,
obra que dio mucho que hablar en su época, escribe en Francia la obra
Antropología criminal en 1891, en la que describe el panorama
positivista de la siguiente forma: “la antropología criminal es una ciencia
joven, aún andamos en la penumbra. Esquirol y Morel, creadores de la
psiquiatría basada en Pinel; Brocca lanza las bases de la antropología,
Orfila y Tardieu, la medicina legal y Cesare Lombroso es el creador de esta
nueva ciencia.”
En el Primer Congreso de Antropología Criminal celebrado en
Roma en 1885 Lacassagne, si bien partiendo de los postulados básicos de la
escuela positivista, refuta las ideas de Lombroso y sostiene que en la
etiología del crimen existen dos factores: uno de tipo individual,
relacionado con la
falta
de frenos inhibitorios, la predisposición al delito (aquí es
donde aparece por primera vez este término), y afirma que la miseria no es
una causa de criminalidad; dice: “Si todos los pobres cometieran delitos por
su condición de miseria, sería un caos”. Cosa que no ocurre así: la miseria
solo es una consecuencia del delito. Y
otro factor
de carácter social
y determinante, compuesto por
las
predisposiciones, como la debilidad mental y las enfermedades
nerviosas (causas endógenas), y
los
transmisores de contagio, constituidos por el medio ambiente (la familia, la
escuela), que opera bajo la siguiente idea: “una manzana podrida pudre a las
demás”; propugna la profilaxis del delincuente. Al delincuente hay que
sacarlo del medio nocivo, cambiarlo a un medio donde no pueda cometer
delitos y darle una nueva educación.
Con todo, desarrolla una teoría sobre
la base del cráneo, explicando los motivos de la conducta humana en todos
los aspectos. Es considerado un “neurólogo social”.
La
teoría de Lacassagne ha sido denominada teoría microbiológica del delito
pues equipara a los delincuentes con los microbios. El delincuente, al igual
que el microbio, es por sí solo inocuo, a menos que se encuentre en un medio
adecuado donde se reproduce y actúa en un caldo de cultivo favorable.
El medio social es el caldo de cultivo de la criminalidad. En este sentido
Lacassagne manifestaba: “lo importante
es el medio social. Permítanme una comparación tomada de la teoría moderna.
El ambiente social es el medio en que se cultiva la delincuencia; el
microbio es el elemento delictivo que carece de importancia hasta el día en
que se encuentra en el cultivo favorable a su multiplicación. Creemos que el
delincuente con sus características antropométricas y las demás, sólo tienen
una importancia muy secundaria, además, todas estas características se
pueden encontrar en personas absolutamente honestas”. Por ello, afirmaba que
las sociedades tienen los delincuentes que se merecen y cada sociedad tiene
la policía que merece.
Desde el
primer momento se le hizo notar a Lacassagne que si bien el caldo de cultivo
puede activar la multiplicación y la toxicidad de los microbios, no los crea
por generación espontánea, sino que los supone ya existentes junto con una
particular capacidad de dañar.
Sobre esta base surge la escuela
positivista francesa. Lacassagne y Laurent no explican la criminalidad
innata por el atavismo, sino por una detención en el desarrollo, y hablan
del lado social de la cuestión, desplazando el centro de atención hasta el
momento centrado en las cuestiones antropomórficas.
A
partir de estos postulados los autores de la escuela
positivista francesa reconocen la importancia del papel que desempeña la
educación en la vida. Gabriel Tarde
sostiene que el crimen es un fenómeno
que se aprende igual que los restantes comportamientos: mediante la
imitación.
Para Tarde los
factores determinantes de la conducta criminal provienen de la sociedad a
través de la imitación, que se rige por las siguientes
leyes:
1. La invención o creación. Esta es
propia de los individuos especialmente dotados que son seguidos por la
masa, la que copia. La sociedad se va superando a través de los inventos
o creaciones.
2. La imitación. Para Tarde es casi
una fotografía, para luego imitar lo que se establece. Clases de
imitación:
a.
La
imitación lógica. Es aquella imitación que se hace mediante
razonamientos. Hace que se avance en el progreso, por ejemplo la
imitación de tecnología.
b.
La
imitación extralógica. Sigue leyes especiales. Tarde dice que la
sociedad es una reunión de gentes que tratan de imitar lo bueno y lo
malo, por ejemplo la moda, el arte.
Tarde afirma
que el crimen es un fenómeno de imitación, y tiene en cuenta los factores
físicos, como el clima y las estaciones, que son solo tomados como
factores secundarios y van perdiendo importancia. Y
los factores básicos de la imitación que son:
-
La quiebra
de la tradición moral, basada en el sistemático del cristianismo.
-
Desarrollo
de las clases medias y bajas de la sociedad por el deseo universal de
superación social y por la demanda de comodidad y lujo.
-
El éxodo
del campo a la ciudad.
-
Formación
de cultura desviada.
-
Las clases
superiores se convierten en clases menos seguras de sí mismas. La clase
media trata de imitar a la clase alta, y la clase baja a la clase media
en cuanto a comodidades y lujos. Para Tarde el hombre imita y trata de
imitar con métodos productivos.
Considera que
para delinquir deben darse dos elementos:z
-
La
identidad personal. La personalidad tiene que
ser idéntica antes de cometer el delito.
-
La
similitud social. Un sujeto debe tener
similitud dentro un grupo social. El sujeto que no esté adaptado a un
grupo social tiende a cometer delitos, por tanto tiene un estado
peligroso. Por ejemplo, el éxodo del campo a la ciudad crea individuos
desarraigados con tendencias criminógenas.
Otros ejemplos
son las culturas desviadas que se forman dentro de las sociedades, por
ejemplo la mafia. Son grupos que no pueden adaptarse a los dictados de la
sociedad; por tanto, ellos conforman la suya propia, pero desviada hacia la
criminalidad.
Como
conclusión dirá que la imitación es causa de criminalidad. No se nace
criminal, sino que es la imitación la que lo lleva a cometer un delito. El
choque de cultura puede llevarlo también a la criminalidad.
Estos autores consideran que se
podría educar a muchos de los criminales, ya que el sentido de la moral
puede adquirirse del mismo modo que lo hacen los niños, con mayor o menor
facilidad, según la predisposición que se tenga.
Estos planteamientos significaron una crisis en el
planteamiento biologista de Lombroso. En la clausura del Congreso celebrado
en 1889 en París, el profesor Brouardel se expresa de la siguiente forma:
“el problema que ustedes han planteado es uno de los más elevados de la
filosofía; ha preocupado a todos los pensadores de todos los tiempos. Las
conclusiones son difíciles y la situación parece caótica. Pero no lo es. Se
impone la idea de la herencia de la criminalidad como una fatalidad que
golpea a todos los miembros de una misma familia. Se ha puesto de manifiesto
el andamiaje revolucionario de un nuevo pensamiento, intersecciones
discursivas, desde la filosofía, lo jurídico, lo médico, lo antropológico,
lo psiquiátrico, convergen y divergen a suerte de encontrar relaciones
causales a la criminalidad y someten a la crítica sus hipótesis. El
pensamiento lombrosiano es atacado por el avance de la escuela francesa y la
batalla que se creía ganada comienza a replegarse en el terreno científico
por el avance de los nuevos movimientos”.
La escuela francesa ve la antropología criminal como
una psicología y una sociología criminal.
En Europa, el panorama estaba
compuesto, entre otras, por las siguientes figuras:
-
En Italia: Ferri, Frigerio, Virgilio,
Lombroso, Morselli, Garofalo
-
En Francia: Lacassagne, Laurent,
Joly, Tarde, Guillot
-
En Inglaterra: Thomson, Maudsley,
Havelocq Ellis (1859-1939)